Desde la desembocadura de la ría de Huelva hasta la del río Guadalquivir se extienden kilómetros de un paisaje litoral prácticamente salvaje. Junto al océano Atlántico, se abren amplias y tranquilas playas, de arenas finas y doradas, en las que los vientos sur-oeste y las constantes regresiones marinas modifican caprichosamente sus perfiles y sus dunas, dejando que la efímera vegetación forme barrera a la arena. Rodeadas, además, de bellos enclaves naturales y paisajísticos protegidos.
La zona, además, permite descubrir los Lugares Colombinos, en una ruta que atesora sitios relevantes en la preparación y realización del primer viaje de Cristóbal Colón, que dio como resultado el descubrimiento de América. Localidades como Palos de la Frontera o Moguer fueron frecuentadas en múltiples ocasiones por el almirante, recibiendo ayuda y colaboración para el proyecto que pretendía realizar (los franciscanos del Monasterio de la Rábida, los hermanos Pinzón de Palos de la Frontera, los hermanos Niño de Moguer y otras prestigiosas familias marineras de la zona).